Cuentan los hermanos GRIM
que había una vez un viejo que apenas veía, derrama la comida sobre el
mantel, tenia torpe el oído, y muchas veces hablaba solo. Su hijo y la mujer de
este, estaban muy disgustados con el, y decidieron ponerle a comer solo en un rincón
de un cuarto. Allí le dejaban su escasa comida en un plato de barro.¡ El
anciano miraba con tristeza la mesa y lloraba!. Un día sele cayó el plato y se
le rompió recibió cantidad de insulto y suspirando bajo la cabeza. A partir de
ese momento, le daban la comida en un plato de madera. Pasados unos días
vieron a su hijo de corta edad, intentando juntar unos trozos de madera.
Preguntándole que hacía, el niño, contestó:”Trato de hacer un plato para
papa y mamá para cuando sean viejos” Se
miraron en silencio, con lágrimas en los ojos de arrepentimiento:” menuda
lección que les dio el niño
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